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Chagas congénito de segunda generación en Uruguay. Primer caso sintomático descrito en el país
Second generation congenital Chagas disease in Uruguay
First symptomatic case described in the country

Belén Amorín1, Leticia Pérez2

1. Diplomatura Infectología Pediátrica. Asistente Clínica Pediátrica. Facultad de Medicina. UDELAR. Hospital de Paysandú.
2. Médico Pediatra. Ex Residente Pediatría. Hospital de Paysandú.
Hospital de Paysandú. ASSE.
Declaramos no tener conflictos de intereses.
Trabajo inédito. Se declara que el trabajo no ha sido sometido antes o después a consideración de otras publicaciones.
Fecha recibido: 18 de setiembre de 2015
Fecha aprobado: 26 de febrero de 2016

 

 

Palabras clave:  | ENFERMEDAD DE CHAGAS | TRASMISIÓN VERTICAL DE ENFERMEDAD INFECCIOSA |
RECIÉN NACIDO

 

Resumen

El Chagas congénito se produce cuando la embarazada infectada trasmite el parásito al feto, situación que puede suceder en cualquier estadio de la enfermedad y momento del embarazo. Es el único mecanismo de trasmisión presente actualmente en Uruguay, con una incidencia cercana al 4%. La mayoría de los neonatos infectados nacen asintomáticos y un 10% al 40% presentan síntomas que son indistinguibles de otras infecciones de trasmisión vertical. La prematurez, el bajo peso, la hepatoesplenomegalia y las alteraciones hematológicas son los síntomas más frecuentes. El diagnóstico representa un desafío en aquellos lugares del país en donde, si bien la enfermedad era considerada endémica, no se realiza actualmente el screening obligatorio de la embarazada.
Se describe un lactante procedente de Paysandú, de medio socioeconómico deficitario, que fue pretérmino severo y que presentó al nacer alteraciones hematológicas de las tres series y hepatoesplenomegalia, lo cual motivó múltiples estudios. Sin embargo, no se sospechó la enfermedad hasta los 5 meses de vida, cuando volvió a ingresar por otra patología. Se confirmó la infección a los 9 meses mediante tres técnicas serológicas diferentes. Se indicó tratamiento con nifurtimox por 2 meses y a los 26 y 36 meses de vida presentó serología negativa. Consideramos importante tener alto índice de sospecha de la enfermedad en neonatos con signos de infección congénita y sin serología materna que la descarte. Es importante saber que el tratamiento antes del primer año de vida tiene una excelente respuesta y evita secuelas crónicas que pueden ser invalidantes en etapa adulta.

 

 


 

Correspondencia: Dra. Belen Amorin.
Correo electrónico: belena@paysandu.com